¿Te has dado cuenta de que estabas pensando matemáticamente la última vez que ordenaste y guardaste las cosas, ya sea los platos, la ropa sucia o la compra? Más aún, ¿te has dado cuenta de que, desde el nacimiento, los bebés y los niños pequeños están desarrollando su capacidad de pensar en patrones y conjuntos de forma que se convierten en matemáticos explícitos cuando llegan a la edad escolar?

Del 18 al 21 de noviembre de 2015, los instructores Dr. Mary Hynes-Berry y Dr. Jie-Qi Chen asistieron a la feria anual Conferencia nacional de la Asociación Nacional para la Educación de los Niños Pequeños (NAEYC) que presenta precisamente eso: los conceptos precursores de las matemáticas para bebés y niños pequeños.

Como se comentó con los colegas en el evento, las matemáticas no son sólo el reconocimiento de números, sino que son una parte fundamental del pensamiento y la comprensión del entorno en el que vivimos. Las matemáticas son un pensamiento lógico y preciso. Y los bebés y los niños pequeños empiezan a perfeccionar este pensamiento lógico y esta precisión incluso antes de que se introduzcan los números. Los bebés dan sentido al mundo que les rodea definiendo y describiendo el mundo que les rodea. O, como sugieren nuestros instructores, encuentran las Matemáticas a mi alrededor (MAAM).

Durante la semana en Orlando, Florida, los asistentes a la NAEYC tuvieron la oportunidad de explorar qué pueden hacer los cuidadores para fomentar el pensamiento matemático en una etapa tan temprana. Una forma de hacerlo es reconocer y apoyar la inclinación natural del bebé a clasificar según sus sentidos. Al igual que uno clasifica fácilmente los alimentos según los que le gustan y los que no, los bebés empiezan a hacer lo mismo. Sus primeras clasificaciones suelen consistir en lo que les gusta y lo que no les gusta: alimentos, sonidos, juguetes.

Lo que te gusta es un atributo. El número también es un atributo. La identificación de atributos es uno de los conceptos precursores de las matemáticas que empieza a desarrollarse en los bebés y los niños pequeños y que puede apoyarse en interacciones de calidad con los cuidadores.

A medida que se convierten en niños de dos y tres años, el uso del lenguaje por parte de los niños para expresar su percepción del mundo crece exponencialmente. Un cuidador puede aprovechar estas oportunidades para explorar la experiencia cognitiva de causa y efecto, la capacidad de planificar, así como fomentar el tiempo para recoger y nombrar las propiedades de un conjunto basándose en atributos compartidos. Estas son sólo algunas de las ideas y perspectivas que los doctores Hynes-Berry y Chen expusieron en la conferencia.

Más información sobre el trabajo en curso que la Colaboración ha emprendido en colaboración con el Fondo Ounce of Prevention.