Las niñas y niños de entre 3 y 6 años están más que preparados para desarrollar sus habilidades para expresar direcciones desde diferentes lugares y comprender posiciones relativas. Les interesa fundamentalmente modelar su mundo, ya sea en el rincón de la manzana o en el área de la casa, y las relaciones espaciales son una gran parte de lo que allí tratan. Cuantas más experiencias de este tipo tengan, sobre todo en compañía de adultos que les ayuden a matematizar, más fácil será que sus propias representaciones del espacio sean matemáticamente precisas cuando lleguen a la clase de geometría.
Derechos de autor: Erikson Institute's Early Math Collaborative. Reimpreso de Big Ideas of Early Mathematics: What Teachers of Young Children Need to Know (2014), Pearson Education.