14 de agosto de 2017
He aquí algunos libros refrescantes sobre el agua y la diversión en el océano que inspiran el pensamiento matemático para los meses de verano. ¡Sumérgete en ellos!
La creación de juegos de cuadrícula a partir de materiales de clase puede ser una gran oportunidad para divertirse y entablar debates matemáticos con conjuntos pequeños.
Los juegos de cuadrícula pueden ser algunas de las primeras experiencias que los niños tienen con los juegos de mesa. Y pueden ser tanto divertidos como matemáticos.
Los niños necesitan experiencias y practicar el conteo de formas diferentes y flexibles mientras aprenden las reglas del conteo. Estos libros y las preguntas adecuadas pueden ayudar.
Dos libros habituales en los hogares y en las aulas son excelentes puntos de partida para explorar importantes conceptos de medición.
¿Coincide un calcetín de lunares con otro de rayas? En el libro Un par de calcetines los niños aprenderán una importante habilidad temprana: la de emparejar.
En ¡Cuéntame! de Cynthia Weill seguimos una procesión de la cultura popular mexicana mientras exploramos conceptos de conteo y matemáticas.
Muchas aulas están planeando picnics de fin de año, así que es el momento perfecto para leer ¡Nos vamos de picnic! de la querida autora Pat Hutchins.
Analizar el trabajo de los alumnos tiene muchos beneficios, desde comprender mejor el pensamiento matemático actual de los niños hasta considerar cómo ajustar la instrucción.
La instructora Lisa Ginet explica cómo hacer rompecabezas tangram, un antiguo juego chino hecho con siete formas cortadas de un cuadrado. Se pueden hacer más de 6.500 arreglos diferentes a partir de estas siete sencillas formas.